Lo primero de todo quería pediros disculpas por esta semana en la que no he podido actualizar el blog. De un día para otro me he visto inmersa en un evento que supone todo un reto para mí y que me tendrá ocupada hasta el 16 de abril. Como sabréis los que os dedicáis a esto, son semanas de mucho trabajo en las que no se puede dejar nada al azar. En cuanto pueda prometo contaros más detalles.

A pesar de andar a mil por hora, el viernes pasado encontré un hueco para participar en la conferencia El reto de organizar en clave sostenible, organizada por la Asociación de Protocolo, Eventos y Comunicación de Asturias (APECA) e impartida por Víctor Cabal, profesor de la Facultad de Turismo de la Universidad de Oviedo y Socio Director de CuatroPi Tourism. Hice el esfuerzo de asistir por muchas razones. Conozco a las impulsoras, la temática me parece de vital importancia y lo más importante, considero que hay que apoyar este tipo de iniciativas, más aún en una región como Asturias en la que lamentablemente a día de hoy todavía las hay a cuentagotas.

Acudí al Auditorio Príncipe Felipe de Oviedo con una pregunta rondando mi cabeza: ¿cómo conjugar sostenibilidad e impacto en los asistentes? Me preocupaba que los eventos que más han dado que hablar en los últimos meses han dado prioridad al wow, dejando de lado el compromiso que los organizadores debemos tener con el entorno.

Víctor dejó claro desde un primer momento que uno y otro no tienen por qué esta reñidos, si bien es cierto que cuánto más efímera sea la sede, mayor es el impacto que genera en la naturaleza. Está claro, no es lo mismo levantar una estructura ad hoc que optar por un recinto que cuente con sello de eficiencia energética. ¿Cómo calcular la huella que nuestro evento genera en el entorno? La respuesta a esta difícil cuestión nos la proporciona My Climate, teniendo en cuenta aspectos como el número de participantes, la duración, los medios de transporte utilizados, el consumo de energía, el catering, los materiales utilizados y el alojamiento.

Un gesto tan sencillo como sustituir los botellines para los ponentes por una jarra de agua da un respiro al medio ambiente. Si se trata de una feria o un festival de música en el que pongamos a disposición de los asistentes un aparcamiento, ¿por qué no seguir el ejemplo de Demanda Folk y hacer que el que contamine pague? Así, a los vehículos con más de tres pasajeros se les ofrecía estacionamiento gratuito, el resto debía pagar 5 euros. Y como éstas un sinfín de medidas más, porque sostenible y caro no son sinónimos, y más ahora que el catálogo de proveedores es mucho más completo que hace unos años.

Por si todavía alguien tiene dudas de los beneficios de organizar eventos sostenibles, os dejo los más importantes según AENOR:

  • Colaboración en el fortalecimiento de la economía local.
  • Reducción de la huella de carbono del evento.
  • Reducción de costes.
  • Mejora del control sobre la cadena de suministro.
  • Demostración ante terceros del compromiso público y ético.
  • Aumento de la competitividad y acceso a nuevos mercados.
  • Mejora de la reputación y coherencia con la política de Responsabilidad Social y Sostenibilidad, tanto para las asociaciones que promueven como para las que gestionan y organizan el evento.