La relación entre marcas-clientes ha experimentado una auténtica revolución en los últimos años. Hasta tal punto que ha pasado de limitarse a una mera relación de compraventa a establecerse una comunicación fluida de la mano de la tecnología o de acciones offline  que permiten vivir en primera persona la marca. No es que lo diga yo o los expertos en marketing; basta con pensar en la experiencia de cada uno. Por ejemplo, hace una década nuestra relación con Heineken se limitaba a acudir al super más cercano a nuestra casa para comprar unas cervezas para ver un partido de la Champions (competición que por cierto patrocina). Sin embargo, hoy podemos contactar con la compañía a través de sus perfiles en redes sociales o incluso adentrarnos en su universo a través de espacios como el que acaba de inaugurar en Madrid para presentar sus nuevos procesos de forma diferente a través de un recorrido en el que se evoca y recrea el concepto que representa cada nuevo lanzamiento de la cervecera.

Y es que los pop up o espacios efímeros están de moda, pues ofrecen lo que toda marca busca hoy: acercarse a su público objetivo. No importa el tamaño o prestigio, Heineken opta por esta acción como experiencia 360º y una marca local de ropa sin tienda física puede hacerlo como escaparate en el que mostrar sus diseños, ahorrándose así los costes fijos que supone el alquiler de un local.

¿Por qué os cuento esto hoy? Lo hago no solo porque es una tendencia en auge, como queda de manifiesto en el Estudio de Mercado de la Industria de Eventos 2015, presentado recientemente por Eventoplus, sino porque de un tiempo a esta parte he apreciado un considerable aumento de marcas a mi alrededor. La recuperación económica y la necesidad de reinventarse tras una de las crisis más graves de la historia ha llevado a muchos emprendedores a poner en marcha proyectos que hasta ahora tenían aparcados. Me llama especialmente la atención que un gran porcentaje de estas ideas de negocio están relacionadas con la moda, ya sea joyería o textil, sobre todo con el boom que está viviendo el knitting (punto de toda la vida). ¿Por qué como organizadores de eventos no apostamos por este tipo de acciones? Con una buena estrategia de comunicación que atraiga la atención de nuestro target y creando una experiencia de compra, la convocatoria sería todo un éxito.

Para los amantes de la tecnología os traigo el complemento perfecto a los espacios pop up: Etisalat for Connected Commerce, reconocido como mejor uso del móvil para el retail en los Global Mobile Awards entregados ayer en Barcelona en el marco del Mobile World Mobile Congress. Está pensado por y para mejorar la experiencia de compra. Podéis comprobarlo por vosotros mismos en este vídeo.

En resumen, eventos y tecnología, es el binomio perfecto para acercar una marca a sus clientes.